El embrague es una de las piezas que más rozamiento reciben en la conducción, por eso es propenso a las averías. Una de las mejores maneras de prevenir daños costosos es haciendo un mantenimiento preventivo, pero también prestando atención a los posibles cambios en su comportamiento, en los sonidos nuevos que pueda emitir y también en el tacto. En Romadrid te contamos todo lo que debes saber sobre esta pieza esencial para la conducción de cualquier vehículo.
Qué función tiene el embrague
El embrague es la pieza mecánica que se encarga de transmitir la potencia al motor, por medio de la caja de cambios manual. Su uso constante es lo que provoca que puedan aparecer problemas, algunos más frecuentes que otros. Esta pieza funciona por medio del pedal que accionamos con el pie izquierdo y cuando pisamos estamos desembragando, haciendo que este se separe del volante motor. Si dejamos de pisarlo, el embrague se une al volante del embrague, transmitiendo la fuerza de la macha al motor, por medio de unas ruedas motrices.
Partes del embrague
Aunque a simple vista solo vemos el pedal del embrague, este sistema es completo y sencillo, funcionando por medio de la transmisión. El sistema de embrague lo componen el disco, que se desliza entre el volante y el plato; el clutch, que ejerce presión en el disco contra el volante; el propio volante de embrague, que une el cigüeñal con el clutch; el plato de presión que se conecta con una de las caras del disco; el collarín, que está conectado con la transmisión y por último la carcasa, que cubre y protege todo este sistema.
Averías del embrague: síntomas
Dependiendo de la pieza del sistema de embrague que esté estropeada, los síntomas varían notablemente. Cuando el embrague está totalmente estropeado, la sensación es que patina, ya que no es capaz de transmitir las vueltas de la transmisión, por lo que el vehículo no avanza. Si aún no está estropeado del todo, pero sí a punto de desgastarse, el motor será capaz de reaccionar hasta que llegue a las marchas más altas, donde ya podremos notar cómo el coche no avanza. En este momento es necesaria una revisión para que el conjunto funcione de forma normal.
Cuando se gastan mucho, el olor a quemado suele inundar el vehículo, acompañado de humo que sale del motor. También es posible que, en el momento de arrancar, el coche responda con tirones, lo que puede indicar un problema en el bombín del embrague o del plato de presión.
Otra sensación que podemos tener al volante es que el embrague está duro, lo que indica que está llegando al fin de su vida útil y debe de hacer un sobreesfuerzo para acoplarse y desacoplarse del volante de embrague. También es frecuente que el sistema coja aire y notemos que está suelto: esto nos lo indicarán con el testigo rojo del líquido de frenos.
Reparación de embrague del coche
Reparar el embrague no es una de las averías más costosas, llegando a los 300 euros variables por la mano de obra y el montaje. El rango de coste varía teniendo en cuenta el tipo de coche, especialmente su tracción y su tecnología motora.
Algunos de los gestos que más ayudan a alargar la vida útil del embrague es que no dejes el pie puesto en el embrague cuando conduces, evitando además pisarlo en situaciones como un badén o un bache. Cuando estés parado, lo idóneo es que apuestes por el punto muerto, mientras que cuando lo pises, lo hagas bien. La dinámica de uso siempre debe de ser primero el freno y luego el pedal, lo que ayudará a tu embrague te acompañe durante muchos desplazamientos.
Si crees que tu embrague tiene alguna avería, no dudes en recurrir a nuestros expertos en el mundo del motor en Romadrid ¡Te ayudaremos a resolver tus problemas!