La caja de cambios es una de las partes esenciales de nuestro coche, cada vez menos necesarias de forma tradicional a causa de las nuevas tecnologías eléctricas e híbridas. Su peso en la conducción es tal, que incluso en estos nuevos vehículos la incluyen para satisfacer a los conductores que están habituados a ellas en la dinámica de conducción. En Romadrid te contamos qué función tienen realmente, cómo han cambiado con el paso de los años, su partes y cuáles son las averías más frecuentes que tiene. Toma nota de todo los datos.
Dinámica de caja de cambios
La caja de cambios es una parte fundamental en la dinámica de conducción y en los coches mecánicos, de motores térmicos, siempre han marcado la diferencia entre una buena conducción y una conducción poco fluida.
La caja de cambios hace posible que haya movimiento en el coche, ya que es la que proporciona impulso a las ruedas y trasmite la fuerza del rodajen junto al motor y el restro de partes del sistema de transmisión. Según se va cambiando de marcha, se va incrementando y trasmitiendo la fuerza en crecimiento.
En el momento en el que el conductor arranca, se engrana el eje inicial, que impulsa a su vez el eje intermedio. El eje intermedio gira los engranajes del eje principal y estos giran. Una maquinaria perfectamente sincronizada y esencial para que el coche funcione. En los coches eléctricos este funcionamiento se lleva a cabo sin que el conductor tenga que intervenir de forma tan directa y constante.
Partes de una caja de cambios
Las partes de una caja de cambios suelen ser siempre las mismas y todas ellas cumplen una función imprescindible para que el coche se mueva correctamente, sin dañar otras zonas. Las cajas de cambios tradicionales disponen de tres ruedas que se diferencian entre árbol primario, árbol intermedio y árbol secundario. El árbol primario recibe el movimiento del motor en el mismo sentido; el árbol intermedio se mueve en sentido contrario al árbol primario, por eso se le conoce como contra eje o eje opuesto. Por último, el eje secundario es aquel que consta de varios engranajes que están sueltos y se unen por medio de un sistema desplazables, su sentido es el mismo que del motor.
Además de los árboles, también puedes encontrar el eje de marcha atrás, que dispone de un piñón; la carcasa, que es la cubierta que cobija todas estas partes que te hemos detallado. Suele estar fabricada de materiales resistentes como de acero, de aluminio o de magnesio y dispone de gran cantidad de aceite para que las piezas funcionen correctamente.
Tipos de cajas de cambios
En el mercado existen varios tipos de cajas de cambios, dependiendo de la conducción que quiere conseguir el fabricante. Todas ellas tienen como objetivo principal el movimiento del coche, lo más fluido posible y con una dinámica sin interferencias.
La caja de cambios manual es la más común en todo el mundo y dispone de tres ejes: el eje primario es el que recibe el par motor por medio del embrague, que lo transmite al eje intermedio. Aquí es el conductor el que marca la dinámica por medio de los cambios manuales por medio de la palanca.
También encontramos la caja de cambios automática pilotada, que tiene control eléctrico, del que depende el embrague y la caja de cambios: en concreto tiene dos, una para las relaciones pares y otro para los impares. Suele ser la más económica de todas, aunque no es la más utilizada.
Por último, encontramos la caja de cambios automática con convertidor par y la caja de cambios con convertidor continua, que son menos frecuentes y reducen los tiempos de operación. Por supuesto, el tipo de caja de cambios no depende del conductor, sino del fabricante.
Malas costumbres con la caja de cambios
Hay varios síntomas que indican que nuestra caja de cambios puede estar en mal estado, como puede ser el bloqueo al intentar cambiar la marcha, también ruidos extraños, dificultad para poder cambiar, que estén excesivamente flojas o que no exista aceleración en las marchas. En los coches con cajas de cambios automáticas el síntoma más frecuente es que no cambie de marchas y las presiones no sean las correctas. Un buen uso es clave para evitar la aparición de estos signos.
Algunos de los errores que cometemos a la hora de conducir y que interfieren directamente en el funcionamiento de la caja de cambios es dejar la mano sobre la palanca de cambios, que impide el movimiento natural de la palanca sobre los ejes. Otro de ellos es la aceleración a fondo en bajas velocidades, lo que provoca que forcemos demasiado la fuerza del motor. Dejar el pie sobre el pedal del embrague es otro de los errores, más frecuentes, que causa que el embrague resbale y se creen fricciones peligrosas, pérdida de potencia y una alta fricción.
Ante cualquier duda, recuerda que en Romadrid contamos con los mejores expertos del mundo del motor que ayudarán a escoger el coche de tus sueños, con la caja de cambios y la dinámica que más se adapta a ti y a tu forma de entender la conducción. Si tu coche tiene síntomas que no encajan con un funcionamiento normal, no dudes en contactar con nosotros.