Los vehículos tienen diferentes maneras de disminuir la velocidad y de parar por completo, es lo que se conoce como el sistema de freno. Dependiendo del coche y del tipo de frenada que se lleve a cabo, diferenciamos diferentes tipos de frenos: hablamos de los frenos hidráulicos, de frenos de disco, del sistema ABS o del freno de mano. Cada uno de ellos funcionan de una forma totalmente diferente, pero buscan paralizar el coche de una manera poco agresiva, pero afectiva. En Romadrid te contamos cómo funcionan algunos de ellos y cómo puedes hacer un mantenimiento de forma efectiva.
Freno hidráulico
El sistema de frenos hidráulico es uno de los más conocidos en el mundo de la automoción, pero también se utilizan en las motocicletas o en los coches de circuito profesionales. También se conoce el freno hidráulico como el sistema de asistencia hidráulica de freno o HBA, un tipo de asistencia mecánica que funciona en situaciones de emergencia.
Este tipo de asistente de frenado mide la velocidad en la que pisas el freno del acelerador, reconociendo que necesitas parar las ruedas del vehículo. Cuando se activa este sistema, el freno acaba por bloquearse y también se pone en marcha el sistema ABS para evitar que se pierda el control de la dirección. El resultado es una mejora en la seguridad, evitando posibles accidentes.
Cómo funciona el freno hidráulico
Para que este sistema funcione, se pone en marcha una bomba de retorno, que se encarga de generar presión suficiente como para que se paren las ruedas del vehículo. Originariamente, este sistema fue desarrollado por Bosch y son muchos los fabricantes de vehículos que lo incluyen en sus vehículos.
Otros de los componentes de este sistema son los servofrenos, el conmutador de luz de freno, el sensor de presión de frenado, la boba de retorno, la unidad de control, la unidad hidráulica, el sensor de régimen y la pinza de frenos. El centro de este sistema es la unidad hidráulica, que funciona para evitar que las ruedas patinen.
Se considera que estos frenos actúan en dos fases diferenciadas: la primera de ellas es en la que el asistente de frenada aumenta la presión de forma rápida y hasta alcanzar el punto más elevado. En este momento el ABS se encarga de limitar la presión y evita el bloqueo de la dirección. Cuando el conductor disminuye la presión en la frenada, el sistema pasa de forma paulatina hacia el estado normal.
Freno de disco
Los frenos de disco son un sistema de frenado que ejercen presión sobre las ruedas de los vehículos. En un comienzo, se utilizaron para los coches de carrera profesionales, aquellos que necesitaban un frenado de mayor eficacia: actualmente se utilizan dentro de las ruedas, especialmente en los ejes delanteros. ¿Pero cómo funcionan? La reducción de la velocidad se lleva a cabo cuando existe fricción entre pastillas de freno y disco.
Hay dos tipos de disco de freno: los primeros los discos de freno sólidos, que son los que están instalados en la mayoría de los coches, con una superficie lisa. Además de estos, tambien existen los discos de freno ventilados, ideales para los coches con una mayor cilindrada, que emiten más calor en cada viaje. Su superficie suele tener agujeros o estar rayados, permitiendo que el calor se disipe.
ABS
ABS son siglas que quieren decir «Anti-lock Braking System», que en español se traduce como Sistema Antibloqueo de Frenos. Este tipo de freno se encarga de hacer posible la variabilidad de la fuerza de frenado, para que los vehículos no pierdan la adherencia sobre el asfalto. Este sistema funciona junto con el sistema de frenado tradicional, controlando las revoluciones de las ruedas. En caso de una frenada brusca, el sistema ABS detecta que las ruedas pueden quedar bloqueadas y se activará reduciendo la presión sobre los frenos de forma autónoma.
El sistema ABS puede activarse unas 50 veces por segundo, sintiendo el conductor una vibración y teniendo la opción de esquivar los obstáculos evitando un accidente. Para realizar un correcto mantenimiento, está recomendado realizar un mantenimiento del sistema tradicional de frenos, controlando el liquido de los frenos y siguiendo las indicaciones de los fabricantes.
Freno de mano
Entre el resto de los sistemas de frenado, el freno de mano es uno de los más utilizados. Se utiliza con cada desplazamiento para inmovilizar las ruedas de los coches o para ayudarse a arrancar en pendientes o carreteras más inclinadas. Es un freno de palanca que deja clavado el coche y se compone de la palanca de mando, del botón de enclavamiento, de la varilla, del trinquete, del derivador, de la tuerca de reglaje, de cables con funda, de la palanca de accionamiento de tambor y el tambor de freno.
Hay que recordar que los coches más actuales ya no cuentan con los frenos de mano, sino que se activan de forma automática cuando el coche se para. Existen otras variantes como el freno automático, con accionamiento por servomotor o por accionamiento por cable. Para asegurarse de que los frenos de mano funcionan correctamente, hay que vigilar su desgaste, fijándose en la vibración del pedal, del volate o si el freno del pedal está muy blando.
Recuerda que, para solventar cualquier problema relacionado con la seguridad activa y pasiva de tu coche, puedes recurrir a los profesionales del mundo de motor que tenemos en Romadrid. ¡Te esperamos!