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Líquido refrigerante: todo lo que debes saber
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El líquido refrigerante del coche sirve para mantener la temperatura del motor en óptimas condiciones. Se trata de una mezcla entre glicol y agua destilada que permite al motor funcionar en cualquier condición térmica. Para que no se solidifique se le añade anticongelante.
Si llevas mucho tiempo sin cambiarlo, puede perder sus propiedades y hacer que el motor no arranque, ya que sus componentes se habrán congelado por las bajas temperaturas. El compuesto contribuye a proteger el motor de la corrosión. Si el nivel baja, el motor se sobrecalentará, y se puede terminar quemando.
Para mantener las propiedades del mismo es importante respetar el periodo de cambio del fabricante. En Romadrid te contamos los factores más importantes a tener en cuenta para saber cuándo cambiarlo y cómo realizar su mantenimiento.
¿Qué es el líquido refrigerante y cómo se comprueba?
El líquido refrigerante es un fluido esencial para el buen funcionamiento del motor, ya que ayuda a regular su temperatura y evita el sobrecalentamiento. Este compuesto, generalmente a base de agua y aditivos especiales, circula por el sistema de refrigeración del vehículo, disipando el calor y protegiendo las piezas del motor contra la corrosión y la congelación.
¿Cómo comprobar el nivel del líquido refrigerante?
Para asegurarte de que tu motor funcione de manera óptima, es importante revisar el nivel del refrigerante periódicamente. Sigue estos pasos:
Espera a que el motor esté frío antes de abrir el depósito de refrigerante.
Ubica el depósito, que generalmente es un tanque translúcido con marcas de nivel mínimo y máximo.
Verifica el nivel del líquido sin abrir la tapa. Debe estar entre las marcas recomendadas.
Si es necesario, rellena con el refrigerante adecuado para tu vehículo, evitando mezclar diferentes tipos de productos.
Cierra bien el depósito y revisa si hay fugas o pérdida de líquido con el tiempo.
Mantener el líquido refrigerante en buen estado es clave para prevenir fallos mecánicos y garantizar una mayor durabilidad del motor. ¡Revisa tu refrigerante con regularidad y mantén tu vehículo en perfectas condiciones!
¿Cuándo cambiar el líquido refrigerante?
El depósito suele tener dos marcas de nivel, una para controlar cuando el motor está frío y la otra cuando está caliente. Si el nivel está por debajo de las marcas, habría que reponerlo. Sin embargo, según los fabricantes, hay que cambiarlo cada dos años o cuando el vehículo ha recorrido 50.000 kilómetros aproximadamente.
El momento en el que hay que cambiarlo es cuando el motor esté completamente frío y en vehículo en llano. La razón es que cuando el depósito está caliente, en su interior hay mucha presión. Por ello, destaparlo a altas temperaturas provocará que se desborde a borbotones.
Con el paso del tiempo va perdiendo cualidades. El sobrecalentamiento del motor puede provocar una avería en el sistema de refrigeración. Además de cumplir los tiempos, es importante observar que no existan fugas en el vaso de expansión o que el color sea el normal. Este compuesto se suele comercializar en muchos colores, sin embargo, si adquiere un color marrón sucio u oxidado, significa que no se encuentra en buenas condiciones.
¿Qué anticongelante debes usar en tu coche?
Hay dos tipos: el orgánico y el inorgánico. El orgánico es más duradero gracias a su compuesto de aditivos libres de silicatos. Este material es el principal responsable de que el líquido termine por degradarse. Además, al ser biodegradables son menos nocivos para el medioambiente y alcanzan mayor temperatura de congelación.
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Debes usar uno que cumpla con la normativa del vehículo. Otro de los factores a tener en cuenta es el lugar en el que vives, la temperatura y si el coche estará aparcado en la calle o en garaje. Dependiendo del contexto, utilizarás uno con más o menos etilenglicol.
¿Por qué y cada cuánto se cambia?
El paso del tiempo y los kilómetros son dos razones de peso para cambiarlo. Por ello, es conveniente realizar un mantenimiento del vehículo y su circuito de refrigeración. Este elemento garantiza un correcto funcionamiento del vehículo y hace posible que la temperatura del mismo no se eleve en exceso.
Si el circuito hermético del líquido refrigerante falla, es probable que el líquido se evapore. Este hecho provocaría el daño o rotura de mangueras del sistema. Cámbialo frecuentemente y evitarás una avería en el motor. De esta manera, el líquido refrigerante juega un papel clave para alargar la vida útil de coche gracias a los aditivos que lo componen y evitan la corrosión.
¿Puedo echar agua con el motor caliente?
Sin duda, mezclarlo con agua no es buena idea. El agua es corrosiva para el metal y puede terminar por dañar las piezas del vehículo. La mezcla con el agua limita el rango de trabajo, ya que el agua a 0ºC se congela y a los 100ºC se evapora. Además, el agua está compuesta por cal, que puede obstruir el circuito del automóvil. Las propiedades antioxidantes que lo componen es una razón más que suficiente para no mezclarlo con el agua.
Si no quedara alternativa, se podría mezclar con agua destilada mejor que con un anticongelante que sea incompatible. La mezcla con el agua puede reducir las propiedades y hacer que no se absorba el calor del motor como debería. Es importante seguir las indicaciones de mantenimiento que aconseja el fabricante para garantizar su función. Si te ves en la situación extrema de tener que mezclarlo, es recomendable que después hagas un chequeo completo del vehículo y comprobar que funciona en sus óptimas condiciones.
Averías relacionadas con el líquido refrigerante
El líquido refrigerante es fundamental para mantener la temperatura óptima del motor y evitar daños en sus componentes. Sin embargo, cuando hay problemas en el sistema de refrigeración, pueden surgir diversas averías que afectan el rendimiento y la vida útil del vehículo. A continuación, te explicamos las más comunes.
Sobrecalentamiento del motor: si el nivel de refrigerante es bajo o el sistema tiene una fuga, el motor puede alcanzar temperaturas extremas, lo que puede provocar daños graves como la deformación de la culata o el fallo de la junta del motor.
Fugas en el sistema de refrigeración: las fugas pueden producirse en mangueras, radiador o bomba de agua. Si notas manchas de líquido debajo del vehículo o una disminución constante del refrigerante, es importante revisar el sistema cuanto antes.
Radiador obstruido o dañado: con el tiempo, el radiador puede acumular sedimentos o sufrir corrosión, lo que dificulta la correcta circulación del refrigerante y puede causar un sobrecalentamiento del motor.
Termostato defectuoso: el termostato regula el flujo del refrigerante en el motor. Si falla, el líquido puede no circular correctamente, lo que puede hacer que el motor se caliente demasiado o, por el contrario, no alcance su temperatura óptima de funcionamiento.
Bomba de agua dañada: la bomba de agua es clave para hacer circular el refrigerante por el motor. Si se avería, el líquido no se moverá correctamente, lo que puede provocar fallos en la refrigeración y daños en el motor.
Evitar estas averías es clave para mantener el motor en buen estado y alargar su vida útil. Un sistema de refrigeración eficiente garantiza un rendimiento óptimo y evita costosas reparaciones. ¡Cuida tu coche y revisa el líquido refrigerante con frecuencia!
Si tienes cualquier duda sobre qué líquido refrigerante necesita tu coche para cambiarlo, en nuestros talleres de Romadrid contamos con un equipo de asesores a tu disposición. Resuelve todas tus dudas y te ayudaremos a tener tu coche en perfecto estado. ¡Pide tu cita previa!