Muchas de las piezas que componen nuestro coche están en continua fricción y rozamiento, lo que acaba repercutiendo en si efectividad y además determina su desgaste. Cuando se producen varias rozaduras, varias piezas interconectadas pueden dejar de funcionar, también como respuesta a la dilatación del metal. ¿El resultado? Piezas que no se mueven como deberían o que directamente se mantienen estáticas, cuando su movimiento debería de ser rotatorio o circular.
En todo este proceso supone que el motor está mal lubricado con el aceite del motor y que los sistemas de refrigeración no funcionan correctamente. En Romadrid siempre recordamos la importancia de estar atento a los signos que indican esta dilatación.
Motor gripado, ¿por qué ocurre?
La principal causa del motor gripado es la mala lubricación por la falta de presión o la pérdida de viscosidad del aceite. Una mala refrigeración o un fallo del segmento de compresión aumenta el desgaste por el roce. Además, el desequilibrio de las bielas, el cilindro desgastará los lados del pistón.
Ésta es una de las averías más graves que le puede pasar a tu coche y suele producirse en la parte alta del cilindro o en el gripado del cigüeñal, donde las temperaturas pueden alcanzar muchos grados. La ruptura de la capa de aceite por un fallo en la compresión o en el vaso de expansión también pueden ser unos de los motivos, ya que la temperatura evita que el lubricante funcione correctamente entre metales.
¿Cómo evitar el gripado del motor?
El gripado del motor hay que evitarlo siempre que sea posible, aunque es una de las reparaciones más habituales. Una de las ventajas de los coches actuales es que los sensores detectan los desequilibrios en las temperaturas y por lo tanto en el gripado. Es fundamental que se vigilen los niveles de aceite, de refrigerante, la temperatura y hacer los cambios pertinentes cuando le toca.
Para evitar que los daños aumenten, si notamos un problema es mejor que no se intente de nuevo arrancar y llevar el coche al taller lo antes posible. No pegues acelerones bruscos cuando el motor esté en frío, asegurándote de que la temperatura del motor es progresiva.
¿Cómo saber que un motor está gripado?
Uno de los primeros síntomas que indica que nuestro motor está gripado es la pérdida de potencia o la disminución de la velocidad: aunque esto puedo deberse a otras averías, se acompaña de un incremento en el ruido del motor, muy similar a un ruido metálico agudo. Normalmente este fallo se percibe mientras se conduce, por eso es fundamental estar atentos a los ruidos que hace el coche.
Intenta que el aceite del coche siempre sea de calidad, acorde a las necesidades de tu coche, además de que la viscosidad de esta sea la adecuada. Siempre que puedas, levanta el pie del embrague cuando detectes el problema, para que el aceite lubrique mejor el cilindro y la temperatura baja. Acto seguido lleva tu coche al taller y déjalo enfriar.
Nosotros nos encargaremos de reparar tu vehículo e informarte de las soluciones más efectivas y rápidas para mantener la salud del vehículo. La mejor forma de evitar un daño es no esquivando las revisiones.