Síntomas de fatiga al conducir
Los síntomas de fatiga al conducir son mucho más comunes de lo que pensamos y suelen aparecer durante un largo periodo de tiempo al volante sin descansar. En Romadrid te contamos cuáles son estos síntomas de fatiga, por qué aparecen y qué debes hacer para evitarlos. La seguridad del conductor y los pasajeros de un vehículo es lo más importante a la hora de emprender un viaje. Tómate en serio las recomendaciones de la DGT y descansa según lo indicado ya que este es uno de los factores de riesgo en las carreteras.
Sentir síntomas de fatiga mientras estamos en casa o haciendo alguna tarea en el trabajo no debe tener muchas consecuencias negativas porque podemos atajarlo fácilmente. En cambio, esos síntomas pueden derivar en sueño al volante y traer graves consecuencias como puede ser un accidente.
Síntomas evidentes de fatiga al volante
El primero y más evidente es el cansancio físico. Es el principal síntoma que avisa de que estamos cansados y por tanto que las condiciones para conducir no son las óptimas. Algunos de esos síntomas de cansancio físico son la rigidez o agarrotamiento muscular y la sensación de pesadez en las piernas.
La pérdida de reflejos es el síntoma posterior y derivado de este cansancio. Esta situación aumenta notablemente las probabilidades de sufrir un accidente al volante. Con menos reflejos, la capacidad de reacción es menor por lo que seguramente no reaccionemos igual ante un acontecimiento inesperado y más si es en autovía a altas velocidades.
Estos síntomas, todos ellos, generan una distorsión general de la percepción del espacio mientras conducimos. No se calcula igual la distancia de frenado, la distancia con otros coches o la velocidad a la que se circula. Esto es lo más peligroso puesto que podemos pensar que tenemos el control total del coche y realmente no percibimos bien todos los estímulos que nos rodean.
Qué provoca la aparición de estos síntomas
Esta fatiga al volante aparece por numerosos motivos. Antes de citarlos hay que destacar que principalmente suelen darse en situaciones de conducciones muy prolongadas sin pausas. La DGT recomienda pausas cada 2 horas o 200 km. Pero también pueden aparecer los síntomas de fatiga sin necesidad de llevar horas conduciendo, y esto sucede en parte por alguno de los motivos que te contamos a continuación.
- Dormir menos de lo recomendado: dormir por debajo de siete horas puede suponer un cansancio de base a la hora de afrontar una conducción.
- Medicamentos o sustancias sedantes: tomar medicamentos o sustancias con efecto tranquilizante o sedante, es muy peligroso porque puede provocar accidentes muy graves.
- Horarios del sueño cambiados: esto es muy común en las personas con turnos cambiantes en el trabajo. Es muy peligroso tener un estilo de vida donde unas semanas duermes por la mañana y otras duermes por la tarde o por la noche. Por eso, controla bien tu horario y vigila que no afecte a tu día a día.
- Trastornos del sueño: existen muchos trastornos del sueño, pero el más común y conocido que afecta al volante es el Síndrome de Apena Obstructiva del Sueño (SAOS). Esto es que las personas, mientras duermen, sufren episodios donde la entrada o salida del aire por la faringe se bloquea totalmente. Por tanto, sufren pausas involuntarias de la respiración y esto deriva en un mal descanso y en cansancio generalizado durante el día.
Consejos para mantener un buen descanso
Lo que se conoce como la higiene del sueño, es una serie de prácticas muy sanas y útiles necesarias para conseguir que tu descanso sea suficiente y adecuado. Seguir esta serie de pautas del sueño y descanso, repercutirá directamente en un mejor bienestar durante los días y así poder afrontar la conducción con tranquilidad y sin posibilidades de fatiga.
Respetar los horarios del sueño
Tener unos horarios de sueño regulares y establecidos ayudará sobremanera a poder conciliar mejor el descanso. La rutina facilita este hábito saludable y de esta forma podrás tener siempre más o menos un descanso equilibrado.
Ejercicio y siesta de manera regular
El ejercicio es muy aconsejable para la salud en general y para el sueño en particular. Ejercitar el cuerpo ayuda a que la subida de pulsaciones conlleve posteriormente una bajada de pulsaciones y una sensación de mayor cansancio. De esta manera, se puede descansar mejor. La siesta es otro factor de higiene del sueño y se recomienda que se haga un descanso de 20 o 30 minutos.
Uso de café y estimulantes
La cafeína es buena hasta cierto punto. No se prohíbe ni se desaconseja ingerir cafeína ya que, hasta cierto punto, es beneficiosa en el rendimiento de una persona por los picos de concentración y estimulación que genera. Pero no se recomienda tomar café o bebidas energéticas pasada la media tarde ya que podrá repercutir en una mala conciliación del sueño por la noche.
Cenas abundantes y consumo de alcohol
Comer mucho por la noche o ingerir alcohol puede repercutir también en la calidad del sueño y del descanso. Si te excedes cenando, notarás pesadez y ardor que impedirá que duermas bien. El alcohol además, provocará que no duermas bien y seguramente que el descanso no sea reparador.
Distracciones y relajación antes de dormir
El último consejo que debes seguir es que antes de dormir lo ideal no utilizar móvil, televisión o dispositivos que demanden mucha atención. Lo ideal es dejar todo y descansar o leer para conciliar mejor el sueño.
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