Una vez que compras un coche, ya sea nuevo o de segunda mano, estás obligado a pasar por una revisión periódica. Esta tiene como fin que todos los coches que circulen por la vía pública sean totalmente seguros para los conductores y para los peatones. Esta inspección tiene el nombre de ITV y podemos encontrar diferentes tipos de variantes, con diferentes funciones. En Romadrid te contamos cuáles son estos exámenes y por qué es esencial prestar atención a todas sus utilidades y particularidades, evitando multas o sanciones.
¿Qué es la ITV?
La ITV es una inspección periódica y obligatoria para todos los coches, que controla todas las mecánicas de los coches, asegurando que sean seguros para todos los usuarios de las vías públicas. Para poder circular de forma legal, deberás aprobar estas inspecciones.
Las siglas se refieren a la Inspección Técnica de Vehículos, que tiene por fin comprobar si los vehículos están en condiciones de circular bajo todas las exigencias mínimas marcadas por la ley. Las bases de esta inspección se rigen por medio del “Manual de Procedimiento de Inspección de las Estaciones I.T.V.” Por medio de este, se especifica de forma detallada cuáles son los defectos que no pueden tener los coches, especificando si son fallos leves o graves.
Una vez que pasamos por todo este procedimiento, se realiza un informe donde se especifica si el coche es apto o no es apto para la circulación, además del por qué se esa decisión si es que se han encontrado faltas.
Tipos de ITV
Aunque el 90% de las revisiones que lleva a cabo la ITV son las periódicas, sí es cierto que existen otras muchas. Todas ellas, aunque tengan diferentes utilidades, hay que pasarlas en un centro oficial de ITV que esté autorizado por las comunidades pertinentes.
ITV periódica
La ITV periódica es la más realizada y las más conocidas por los conductores, ya que tiene un carácter obligatorio y es necesaria para poder circular. Por medio de esta se detectan fallos esenciales de seguridad, solventándolos para que todos los usuarios de la vía estén seguros. Cuándo debes de pasar este examen lo determina la edad, el tipo de vehículo y la función que tenga la misma.
ITV no periódica
Aunque este tipo de inspección no es periódica, sí que es obligatoria. Tiene el fin de regularizar algunos aspectos del vehículo que no se han tenido en cuenta en las revisiones obligatorias, ya sea por actualizaciones de normas, de reformas o incluso por haber encontrado un duplicado de la tarjeta de la ITV. Tiene el fin, por lo tanto, de regularizar aspectos legales del vehículo.
Lo que suelen revisar estos exámenes son los duplicados de tarjetas de ITV, las matriculaciones, las reformas del vehículo, los taxímetros y su complimiento de ley, las inspecciones voluntarias o los cambios de servicios que se le haya destinado previamente a un coche. Si el coche está accidentado o se trata de un pesaje, este es el tipo de inspección que necesitas.
Hay un caso especial en el que un coche accidentado debe de pasar por la ITV para comprobar su sistema de dirección, su suspensión, su transmisión o su frenado, antes de que se vuelva a poner en circulación de nuevo.
Documentación necesaria para la ITV
Antes de acudir a una inspección de ITV es necesario que tengamos claro qué papeles necesitamos para llevarla a cabo. Aunque hay que pedir cita previa, son muchos los conductores que obvian la obligación se tener ciertos documentos en regla.
En la estación de la ITV se te solicitará una ficha técnica, donde se identifica el coche, el propietario, la matricula del coche, el número del bastidor y la contraseña de la homologación. También será necesario presentar el permiso de circulación en regla, el seguro obligatorio y el DNI del conductor, que no siempre tiene por qué coincidir con el titular del vehículo. Recuerda que si tu coche ha pasado por algún accidente, tambien deberás presentar un informe de reparaciones y si tu coche es de empresa, será necesario el CIF.